Los ingredientes de este éxito son el talento de un equipo joven, pero formado en cocinas de prestigio; un personal amable y profesional; la apuesta por un producto de calidad que atiende, sobre todo, a la temporalidad y muchos guiños a la gastronomía tradicional madrileña. Cocina y bodega están abiertas a la sala, lo que siempre es una prueba de transparencia que no todos consiguen superar y los precios más que ajustados a la calidad para la locura en que se está convirtiendo Madrid.

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La oferta gastronómica se compone de dos menús, uno al que han llamado “a la carta” y que tiene un precio de 50€ a mediodía y 60€ por la noche. Consta de un entrante a elegir, entre un Carabinero y yema de huevo con reducción de sus cabezas, Cogollo y holandesa de navajas, Molleja y puré salsifí o Arroz de pichón; un principal a elegir entre Merluza y su pil pil, Presa ibérica Joselito con caldo ibérico y soufflés o Lomo bajo madurado con pak choi a la brasa y un postre a elegir entre Uvas y fresas silvestres o Panal de chocolate y caramelo. El menú degustación, más amplio, cuenta con nueve platos y dos postres y tiene un precio de 70€. La oferta actual se compone de Desayuno de caza, Oreja crujiente, Puré de colinabo con su crudité y caviar, Carabinero y yema de huevo con reducción de sus cabezas, Cocido madrileño, Callos de bacalao a la madrileña, Merluza con salsa de ajo asado y cebolla roja encurtida, Presa ibérica Joselito, caldo ibérico y soufflé y Ruibarbo y limón. De postre, Natilla madrileña y Panal de chocolate y caramelo.