Construido a finales de los años cincuenta por el arquitecto Fernando Cánovas del Castillo, las vistas se extienden sobre la madrileña Plaza de Colón, con muchas de las habitaciones y suites ofreciendo una panorámica única de la plaza, la Biblioteca Nacional y el Paseo de Recoletos. La última renovación en el año 2017 introdujo el rediseño de sus habitaciones Red Level con bañeras de cuento, un interiorismo más fresco y actual, así como una Presidential Penthouse Suite Red Level de 200 metros cuadrados con guiños a sus siete décadas de aristocrática historia. Ésta, junto con las suites Presidencial y Deluxe, proporcionan el más exclusivo alojamiento del Barrio de Salamanca.

​

La instalación “Ave Fénix”, del artista Alejandro Vega, transforma los espacios en una gran galería de arte contemporáneo donde ahora, y hasta finales de noviembre, se elevan piezas monumentales en bronce funcionan como un todo, creando un fascinante juego de reflejos inesperados. El proyecto, curado por AGM Group, llega al Hotel Fénix tras la exitosa muestra en las calles de Serrano y Ortega y Gasset en la pasada primavera.

​

“En la exposición del Barrio de Salamanca, la temática tenía que ver con el reencuentro de las personas con la ciudad y con nosotros mismos. Ahora, que todo ha avanzado y que hemos avanzado en el tiempo, nos hemos dado cuenta de que ese reencuentro es más que necesario también en el espacio interior, en los lugares familiares en los que esperas ver una cara conocida. Y es por ello, que estamos llevando esa idea y esa intención, ya no a un espacio publico, si no justamente a todo lo contrario. A la intimidad que te puede brindar un hotel como Hotel Fénix”, explica Alejandro Vega, artista de la exposición.

​

Situadas en un contexto distinto del habitual, un total de siete esculturas en diferentes escalas se disponen desde la entrada que da acceso al lobby, en la escalinata y el salón de la rotonda, coronado por una imponente cúpula de cristal en tonos azules, blancos y amarillos. Al pasar el lobby y bordear el patio central se accede a Dry Martini de Javier de las Muelas, donde otras piezas de menor tamaño dialogan y se relacionan entre si para marcar una lógica en el desplazamiento del visitante dentro del espacio.