En 2013 abrió en Valdemorillo y consiguió que en Madrid se hablara, y mucho, de un restaurante diferente, donde se estaba cociendo creatividad y también técnica. Ahora, en el centro histórico de la capital, ofrece una mixtura que se crea en España con sabores de África y Asia. Y según lo definen en La Candela, una cocina humana, sensible, sana, original y sostenible.

Para Samy, cada experiencia en su casa es un viaje, así que ha querido llamar a sus menús media y larga distancia, en función de los pasos, 17 o 22. Siempre sorprende y no sólo en sabores: la puesta en escena es también espectacular.  Desde los aperitivos y snacks, hasta una gyoza árabe, una sopa miso o un rollito relleno de callos. Además, el menú cambia cada semana.