“Utilizamos un agua de manantial única en el mundo que, junto a nuestra producción artesanal, nos permite obtener una sal extraordinaria que proporciona un aderezo perfecto sin salar en exceso los productos y manteniendo su sabor”, comenta Iosu Gironés, uno de los responsables de la empresa. “No tiene microplásticos, nitratos, químicos ni antiapelmazantes. Todo es natural”, agrega.

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Estos fueron los motivos por los que Conservas Artesanas Rosara apostó por este tipo de sal. “Para nosotros era muy importante que la empresa fuese familiar, como la nuestra, y apostase por la elaboración artesanal como hacemos nosotros en todos nuestros productos”, subraya Saúl Jiménez, director de Marketing de Conservas Artesanas Rosara. “Además, era preciso que contasen con una certificación ecológica y que no existiese ningún tipo de contaminación por elementos extraños en la sal”.