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Un refugio idílico al que escaparse a cualquier hora del día y disfrutar de una carta que captura a la perfección los sabores de la zona, ofreciendo la excelencia a través ingredientes locales, tratados con mucho mimo, y que dan como resultado platos tan deliciosos y auténticos de Andalucía, como las sardinas al espeto, el pescado a la sal, tortillas de camarones o la tradicional fritura malagueña.

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Predomina un ambiente relajado que en muchas ocasiones hace que las sobremesas se alarguen y acompañen de deliciosos cócteles. Pero, sin duda, lo más mágico es ver como diferentes generaciones, tanto de la zona como de otros sitios del mundo, coinciden y comparten su deseo por vivir y disfrutar.

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De un ambiente relajado a pie de playa, nos adentramos en el hotel hasta llegar al legendario El Grill, un restaurante que se caracteriza sobre todo por crear recuerdos en un ambiente más clásico y que recupera el espíritu de antaño donde la tradición es el hilo conductor. Un referente dentro del hotel que ha sido capaz de fusionar lo mejor del pasado con lo más actual. Cenar en el Grill se convierte en una ceremonia donde sus servicio atento ofrece un trato cercano, donde se recuperan las campanas de plata y el ambiente mágico se ve completado con las velas sobre los olivos. Una pasión por la excelencia que su parrillero, Roque, transmite a través de sus platos, tal y como le enseño su padre, quien le cedería su puesto para continuar la tradición. Es difícil decantarse por un plato pero, sin duda, el Chateaubriand a la parrilla o el Soufflé de queso son los favoritos de los paladares más exigentes.