Entre ellos destacan el objetivo número 6, Agua limpia y saneada, presentado como un caldo de Dashi con agua kombu, katuboshi; el objetivo número 12, Producción y consumos responsables, representado por un rape con curry verde y pomelo (del rape se utiliza todo, incluso la piel, donde Balam plasma en el plato unos deliciosos callos que ensalzan su sabor). Con el objetivo número 13, Acción por el clima, el Chef apuesta por un caviar ecológico Riofrío, que honra a Granada, por donde corren sus aguas con ajo blanco, vinagreta de hierbabuena y Pedro Ximénez.

Tampoco podía faltar la fresa del Maresme, que protagoniza el objetivo número 8, Trabajo decente y crecimiento económico, puesto que el cultivo de la fresa generó trabajo y crecimiento a la comarca en los años XX.

De este modo, todos los platos cuentan con un discurso. Cada elemento, cada producto está pensado y se ve representado, como la Educación de calidad, con productos que simbolizan la cultura y la tierra de la zona, como es el caso de las habas y los guisantes, que, al ser de corta temporada, dan protagonismo a los nuevos productos de la huerta; La Salud y el Bienestar, donde las patatas que acompañan al romesquet de gambas están hervidas en agua de mar.