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SLVJ en Galería Canalejas: el place to be también en el nuevo Food Hall de Madrid
23.12.21 Irene S.
Ya está aquí el Food Hall de Galería Canalejas, el esperado megaespacio gastronómico del centro de Madrid, a un paso de la Puerta del Sol. Este espectacular complejo, que aúna 13 conceptos distintos en sus más de 4.000 metros cuadrados, está llamado a convertirse en el gran reclamo de la gastronomía de la capital y en un punto de encuentro ineludible para madrileños y foráneos, gracias a su horario ininterrumpido, su oferta para todos los gustos –pero siempre exclusiva– y su ubicación privilegiada. Un destino de ocio y turismo de lujo en sí mismo.
Uno de los platos fuertes de su propuesta es SLVJ, un restaurante de cocina de fusión japonesa de autor que no puede entenderse sin dos ingredientes más: coctelería y buen ambiente. Llega con fuerza y seguridad, acostumbrado ya a triunfar en la escena internacional. Tras conquistar Bogotá, Ciudad de Panamá y Miami, SLVJ llegó a Madrid (a la calle Velázquez) hace un año y enseguida se convirtió en todo un referente de la escena culinaria. Su éxito en nuestro país le he hecho extenderse también a Barcelona, la plaza de La Moraleja y Valencia, y ya está confirmada la apertura en Marbella e Ibiza. Fuera de nuestras fronteras, se estiman tres locales más en Sudamérica, cinco en Europa y cinco en EE.UU. a lo largo de 2022.
El nuevo SLVJ Canalejas, que adapta su estilo al espacio del Food Hall, ha sido concebido como un laboratorio de investigación en el que se irán probando los platos más atrevidos y canallas del sello, con los ingredientes más top del mercado. Especialidades japonesas con raíces latinas, firmadas por el chef venezolano Fermín Azkue, entre las que destacan los rolls de creación propia (como el de carabinero con kimchi y salsa usukushi o el de gambas en tempura con topping de tartar de toro crujiente), los temaki (de atún, hamachi o salmón) y los tiraditos (uzusukuri de pez limón, tartar de blue fin o de salmón con yuzu y trufa). Los impecables sashimis y niguiris (de anguila, atún rojo, wagyu, erizo, etc.) y los dumpligs (de bogavante, trufa fresca, langostinos con wasabi, etc.), perfectos para compartir, preceden los platos de robata, una parrilla japonesa que permite que los alimentos tengan mayor contacto con el carbón. Hay recetas de robata de mar (como el de bacalao negro con coulis de mejillones ahumados, el de King crab o el de espardeñas), de tierra (protagonizadas por el codiciado wagyu japonés A5, con alto grado de infiltración) o de granja (de baby corn, de puerro o de aguacates con salsa ponzu, entre otras opciones veggies).
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Además, el local más salvaje del Food hall ofrece menú Omakase —palabra japonesa que significa ‘confiar’ o ‘ponerse en las manos del chef’— que incluye diferentes preparaciones elaboradas con las materias primas más frescas y exclusivas del mercado, ya sean del Mediterráneo (bogavantes, carabineros, pulpo, ostras, vieras, lubina, gambas rojas, erizos, percebes…) o importados de Japón (especias, fermentados y macerados como el kimchi y el umeboshi, así como wagyu).
La copa final viene con sorpresa: es un secreto, pero junto a una tarjeta que propone seguir la fiesta en Fetén, el club privado del SLVJ ubicado en el Hotel Bless (Velázquez, 62), a cada cliente se le entregarán unos auriculares que permiten sumergirse en una especie de flashmob y disfrutar de un show único dirigido por su equipo artístico propio.
La propuesta gastronómica de SLVJ Canalejas, con una barra siempre animada, se completa con la coctelería de Borja Goikoetxea, head bartender del grupo que cuenta con experiencia en locales de la talla de Angelita Madrid y Paradiso y reconocimientos como el premio al Mejor Bartender de España por la World Class Competition 2019. La carta aquí, diferente a la del resto de locales del grupo –más atrevida–, incluye una docena de cócteles de autor en los que combina ingredientes de origen asiático y latinoamericano en línea con la cocina y que resultan ideales tanto para tomar solos como para acompañar la comida. Entre los cócteles más sorprendentes, el Zensai (sake, agua de tomate clarificada, mix de ácidos y aliño), con un final largo y persistente; el Satori (vodka Ciroc, lima, sirope de agua de coco y pandam, con crema de coco y kéfir de leche de cabra), con notas de yogur y textura sedosa, y el Kogarashi (tequila blanco, cordial de lima, lemongrass, pandam, aire de manzana y hoja de ostra), de sabores herbáceos y un toque a ostra muy singular.