El local es un lugar cuidado y sumamente agradable. La decoración es sencilla, pero nada está en manos del azar. Elena Melnichuk danza por toda la sala cuidando hasta el más mínimo detalle, hay que ser muy observador para darse cuenta de la tarea que llevar una sala así representa, y en el rostro de Elena solo se adivina calma… Una verdadera maestra de ceremonias y la anfitriona perfecta. Escucharla hablar sobre los grandes vinos de Borgoña o Burdeos, y verla servir el vino es una auténtica melodía, una coreografía donde predomina el cariño, la sensibilidad y la profesionalidad a partes iguales.

Ya lo dice la famosa cita, “Lo importante no es llegar a la cima, sino saber mantenerse en ella”, porque los años demuestran que el declarado talento de Víctor Gutiérrez no fue casual o flor de un día, sino que se ha revalidado en cada entrega anual de estrellas y de soles, construyendo un camino más que interesante y fructífero.

Sin olvidar por supuesto, que lo apasionante de los caminos es recorrerlos, y no solamente alcanzar la meta. El del Restaurante Víctor Gutiérrez bien vale una larga charla con sus 2 pilares fundamentales, Víctor y Elena, y por supuesto una visita a su casa. 

Victor Gutierrez también asesora y forma parte del proyecto creado por Bodegas Arzuaga en Valladolid, Taller Arzuaga por Víctor Gutiérrez.