Hoy os vamos a contar una receta que está al alcance de cualquier cocinillas. Una elaboración sencilla, apta para hacerla en familia y pasar un buen rato metidos en la cocina: ¡pizza!
Sin embargo, no te dejes confundir. A pesar de tratarse una receta sencilla de hacer, puede ser un auténtico manjar para tu paladar. ¿Cómo? "El secreto está en la masa". Si a una masa exquisita le añades productos de calidad, la horneas en su punto y le pones el cariño y mimo que merece: el éxito está asegurado, créenos.
Nos decantamos por un clásico italiano para este recetón: la pizza margherita o pizza margarita, como la llamamos en España.
Y ya sabes: ¡no dejes innovar y probar con tus ingredientes preferidos!
¡Avanti!
INGREDIENTES (para 4 personas)
Para la masa de la pizza
500 gramos de harina de fuerza
18 gramos de levadura fresca
4 cucharas de aceite de oliva virgen extra
250 ml de agua templada
1 cucharada de postre de sal
Para la pizza
100 gramos de Tomate frito de Tierra Palaciega
125 gramos de mozzarella fresca. Podéis adquirirla en la tienda de Matteo Cucina Italiana
Varias hojas de albahaca fresca
Aceite de oliva virgen extra
ELABORACIÓN
Para la masa de la pizza
Introducimos casi toda la harina de fuerza en un bol grande.
Disolvemos la levadura en el agua templada.
Hacemos un hoyo en el centro del bol e incorporamos el agua con la levadura disuelta.
Mezclamos los ingredientes poco a poco hasta que vamos consiguiendo que se integren bien todos los ingredientes.
Añadimos el sal y el aceite, y seguimos mezclando hasta conseguir una masa homogénea.
Espolvoreamos harina en la encimera y volcamos para la masa para seguir amasando hasta que deje de "pegarse a las manos".
Una vez esté lista, la damos forma de bola y la introducimos de nuevo en el bol. La tapamos con un trapo de algodón y la dejamos reposar entre 45 minutos y una hora.
Para la pizza
Una vez tengamos lista y reposada la masa, vamos a comenzar a darle forma a nuestra maravillosa pizza. Enharinamos la encimera y volcamos la masa encima.
La empezamos a estirar y dar la forma que más nos guste (redonda, rectangular...). ¡Tú eliges!
Una vez estirada, es hora de incorporar los ingredientes. En nuestro caso, primero cubrimos casi toda la masa (menos los bordes) con el tomate. Después añadimos pequeñas bolas de mozzarella fresca por toda la pizza.
Precalentamos el horno a 200º.
Una vez el horno esté a la temperatura, introducimos la pizza y la dejamos hornear durante 10 o 15 minutos.
Cuando la mozzarella esté derretida y la masa crujiente, la sacamos y echamos las hojas de albahaca y un chorrito de aceite. ¡Y ya está lista para comer!
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